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Qué tiene en la cabeza Estanislao Bachrach

Asegura que aprendemos hasta el último día y da pistas para alentar la creatividad

 

Por Emilse Pizarro  | Diario LA NACION

 

Es doctor en Biología Molecular (UBA) y realizó su tesis doctoral en la Universidad de Montpellier, Francia. Dio clases durante cinco años en Harvard (un aún no monstruoso Mark Zuckerberg le prestó atención allí) y actualmente es profesor en Liderazgo e Innovación en la Universidad Torcuato Di Tella. Es, también, quien trabajó con el plantel de River Plate cuando enfrentaba el partido decisivo para volver a primera división. Estanislao Bachrach tiene una energía anacrónica, la de un chico de 7 años en el cuerpo de un adulto. No para de moverse y por la excitación que le genera fabricar una respuesta da la sensación de que encontró la figurita que completará el álbum.

 

Estanislao dice que estamos equivocados si pensamos que ser creativo es atributo de genios. En su libro, AgilMente -así como en la columna radial que tiene en el programa Perros de la calle (Metro)- sostiene que podemos ejercitar la cabeza porque la neurociencia tiene buenas noticias para nosotros: el cerebro aprende hasta el último día de vida.

 

¿Cómo nace una idea?

Creas o no en Dios, con un poquito de sentido común, sin ser muy científico: una idea nace dentro de tu cabeza. Pero, ¿cómo hacés para tener una que nunca tuviste antes? ¿De dónde viene? Hablando de creatividad, cuando significa decir o hacer cosas que nunca hiciste antes, no hay una explicación práctica o comprobada por la ciencia; sí una teoría muy aceptada, la de Eric Kandel, que en 2000 ganó el premio Nobel. Dice que desde el momento en que nacés hasta ahora que estamos charlando, todo lo que pasó en tu vida, lo que leíste, lo que viste, lo que escuchaste, todo queda guardado en tu memoria; él lo llama la memoria inteligente. Hay una imagen de que todos esos recuerdos o anécdotas (él los llama ejemplos de tu historia) son puntos naranja en el cerebro. La teoría dice que una idea es la combinación al azar de distintos puntos naranja que se convierten en algo nuevo, y veremos por qué de repente aparece en el consciente lo que se llama un inside. Tener una idea es tener una revelación.

 

¿Qué valor tiene la asociación libre?

¿A qué llamás asociación libre?

 

Tomo algo de una experiencia que no tiene nada que ver con lo que estoy haciendo y lo aplico ahí. Algo de mi clase de danzas a mi trabajo, por ejemplo.

Sí, tiene mucho que ver. Esta es una teoría de cómo te aparece una idea en la cabeza.

 

¿Es la más aceptada hasta ahora?

Sí. Es la combinación de cosas que vos ya tenías de manera azarosa, que se convierte en algo nuevo. Cuando Bill Gates inventó Microsoft no lo hizo de cero: sabía escribir en chips, manejar una computadora, vio que existía una PC (que no la inventó él). La técnica número uno para ser más creativo es la asociación de cosas que aparentemente no tienen ninguna relación. Si tengo que resolver un problema en la computadora, pienso en grúas o en animales, lo que sea, y ahí uno empieza a asociar libremente. La dificultad es que la gente se autocensura: Esto no va a funcionar, esto es muy caro, mi jefe no va a querer. Cuando vas a expresar una idea primero aparece un filtro que es el de la cultura, la experiencia y la certeza. Si vos sentís por tu experiencia que esto no va a andar porque es caro, porque se te van a reír, porque genera mucha incertidumbre, porque la cultura del país o de la organización no va con eso, te callás y ése es el gran problema: no hay que callarse.

 

En el libro decís que más del 90% de los productos y servicios surgen de ideas que se les ocurren a empleados fuera del ambiente laboral...

Es clave cuando esos puntitos naranja se mezclan y aparece la idea. Está demostrado que tenés que estar lo más relajado posible, disfrutando de lo que hacés para que aparezcan más. Cuanto más tensionado estás, más fuerte es la barrera del consciente al inconsciente; entonces, las ideas no entran porque hay demasiado ruido en tu cabeza.

 

Pero le planteás eso a un grupo económico y. ¿qué te dicen?

Todas las empresas que yo estudio hacen eso. ¡Pero son pocas!

 

¿Hay argentinas?

No, son multinacionales. Google, Amazon, Starbucks, Microsoft, Apple.

 

¿Tienen otra cultura de trabajo?

¡Sí! Es que se dan cuenta de que esto sirve, tienen entre sus consultores a neurocientíficos que les dicen: "Mirá, vos sentís que estás perdiendo el tiempo y quizá sí para el corto plazo, pero te va a pagar a largo plazo", porque en los espacios que se les dan a los empleados se está pensando en la compañía de acá a tres años, no en el mes que viene.

 

¿Qué es la entropía?

Es muchas cosas, pero, para hacerlo fácil, es la teoría por la que se trata de gastar la menor cantidad de energía posible.

 

¿Un plan de ahorro?

Un plan de ahorro energético del cerebro. El cerebro, fundamentalmente, se formó con un alto componente de entropía: cuando se terminó de formar, hace cien mil años, que fue en la Sabana africana, había muchísimos peligros, depredadores, por ejemplo. Para poder zafar de una situación así había que salir corriendo, atacar y defenderse. Ese backup de energía por las dudas es el que permitió a la especie sobrevivir. Entonces, por un lado es por eso que queremos desenchufar un rato, estar tranquilos en el sillón. Pero también somos lo que somos como especie porque somos curiosos, porque vamos a ver, a que nos duela, a que nos golpeen. Es un mensaje contradictorio y está.

 

¿Puedo entrenar mi cabeza?

Muchísimo. Me gusta pensar la cabeza como áreas geográficas distintas, algunas muy identificadas, como la memoria, o dónde está la intuición, la parte más de imaginación, la razón. Pensalo como un músculo: vas al gimnasio y en vez de hacer pecho, bíceps y tríceps, hacés memoria, velocidad de reacción y lógica.

 

¿Puedo elegir ejercicios para lo que a mí me interesa ejercitar?

No hay para todo tipo de cosas todavía.

 

Para la intuición, ¿yo puedo elegir?

Hay. En el libro hay bastantes.

 

Para la memoria también.

Hay, el tema es quiénes son las fuentes. Lo que sucede con la neurociencia es que se empieza a tocar mucho con cosas de las religiones, la espiritualidad y la autoayuda, sobre todo el budismo. Hay un montón de cosas que uno hace, como ejercicios de respiración, poner la espalda derecha para bajar el estrés, tratar de entender qué es lo que te está pasando y ponerle una palabrita; esas son cosas que las encontrás en distintas filosofías, sobre todo orientales, y rozan o se superponen con la autoayuda. No tiene nada de malo; es autoayuda con base científica. Muchos ejercicios que un neurocientífico de Nueva York o de Oxford te dice que hagas son los mismos que te sugiere el yoga. Lo que los budistas decían hace cinco mil años hoy los físicos nucleares del Massachusetts Institute of Technology, (MIT) te dicen, con resonancia magnética nuclear, que tienen razón. Los budistas decían que lo que vos pienses puede modificar tu cerebro, tus neuronas. La ciencia decía: "¿Cómo un pensamiento va a modificar algo estructural?". Hoy está supercomprobado.

 

¿Un pesimista puede transformarse en un ser más positivo?

Con disciplina, pero es difícil cambiar. Uno de los grandes conceptos de la neurociencia sobre el cambio real de los humanos es que tu cerebro cambia si vos te das cuenta solo de las cosas, es lo que se llama el inside o revelación. Ejemplo: viene tu hijo de 7 años y te pide que lo ayudes con la tarea. Si se la hacés, tu hijo no cambió, quizá aprendió de memoria, pero necesita la famosa se tiene que dar cuenta solo. Cuando eso pasa quizá la solución es mala, pero existió la posibilidad de que tu cerebro cambiara.

 

¿Es el clic?

Exactamente. Clic, revelación, inside, flash, es todo lo mismo. Cuanto más focalizás y te metés en el problema no vas a tener clics. Debés soltar el problema, irte a caminar o lo que tengas ganas, y si realmente estás interesado en resolverlo te van a aparecer soluciones. Lo otro importante es prestar atención a lo que quieras, repetidamente. Ejemplo: yo voy a la Alianza Francesa hace siete años y es probable que hable bastante bien francés. Pero voy a París, seis meses solo y aprendo francés. Seis meses versus siete años. ¿Por qué? Porque mi atención estaba permanentemente en algo nuevo, el estímulo de la gente que habla francés.

 

Si dibujáramos mi cabeza, ¿podríamos ubicar qué parte se enciende cuando soy más creativa?

El área que más se enciende cuando tenés un inside está debajo de la oreja derecha; por eso se habla mucho del hemisferio derecho cuando sos más creativo y del izquierdo cuando sos más lógico.

 

Decimos que un médico egresado de la UBA sabrá solucionar más cosas en un hospital que uno que tuvo todas las herramientas. ¿La falta de recursos es promotora de creatividad?

Sí, pero no en todos, no todo el mundo que no tiene se las va a ingeniar, es más el instinto de supervivencia. Esa gran intención-atención de querer resolver algo.

 

Entonces no es promotora.

No en todos los seres humanos. Pensemos en los homo sapiens, eran 2000 personas en África, no eran los 2000 creativos y a todos les faltaban recursos seguramente. Imagino que los que eran más creativos eran cuidados por los demás. El tipo que inventaba la lanza, el que encontraba el agua.

 

Soy impulsivo, soy cerebral... ¿Qué pasa en esas cabezas?

¡Uh!, esa pregunta es más para [Facundo] Manes (neurocientífico que creó el Instituto de Neurología Cognitiva, Ineco). Un 50% es tu historia genética, el cableado que te tocó.

 

¿Tengo chances de trabajar sobre el otro 50%?

Claro, tenés un montón de experiencias que han ido formando tu cabeza. La educación de 0 a 6 es fundamental para todo el componente emocional y de los 6 para arriba, la parte de la educación académica. Una persona impulsiva puede dejar de serlo.

 

¿Entrenando?

Sí. Hay altas chances de que necesites ayuda y la neurociencia se acerca un poco al psicoanálisis o a la terapia, donde está empezando a aportar algunas herramientas.

 

¿No chocan?

En algunas cosas sí y en otras empieza a complementar.

 

Decís que una de las actividades que más consumen energía es pensar cosas que nunca hemos visto. Entonces, ¿un creativo puede decir que está más exhausto que un maratonista?

Depende. Cuando una persona es creativa y desarrolló la habilidad de la creatividad ya no se cansa porque convierte la cantidad en un hábito. Un oficinista puede estar más cansado que una persona que maneja un camión 10 horas, porque él va por una ruta conocida, no usa la electricidad de la conciencia, va en piloto automático. Si no sos muy creativo y querés serlo más, hay ejercicios. Al principio te vas a cansar, físicamente.

 

Estamos hablando de neurociencia y mucho de consciente-inconsciente.

El inconsciente, dicen los científicos, es como el 80% de la masa cerebral, qué cosas pasan en nuestro cerebro que nosotros no tenemos ni idea (consciente). La gran mayoría son emocionales e instintivas. Es una parte de nuestro cerebro que está en la Tierra hace 200 millones de años, mientras que el córtex, nuestra razón, nuestra lógica como humanos, está hace cien mil. Esta masa crítica de neuronas tiene mucha experiencia. Todavía no tuvimos tiempo de adaptarnos fuertemente a la conciencia, a la razón. No somos seres racionales, somos aún seres emocionales que aprendimos a pensar. Las emociones controlan mucho más la razón que la razón la emoción, se puede ver hasta neurológicamente: hay muchas más avenidas neuronales que van desde lo límbico, desde lo emocional al córtex, que al revés.

 

¿Podemos entrenarnos para olvidar?

[Ríe] No lo pensé nunca. Pero puedo decirte que el mecanismo de inhibición del pensamiento es para el que más electricidad y energía gasta el cerebro. Es lo más difícil de hacer: inhibir algo.

 

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